Y yo ahora sólo quiero una cosa: mi Gran Vía enneigée, mi Madrid nevado, resbalarme en la acera, pensar que soy idiota por haberme puestos esos botines de ante siendo que mojados no valen nada, y reírme.
Y todo lo que eso implica.
Y rodar, y flotar, y atravesar el ruido de mi gran ciudad, fundirme con los coches, el ruido, la gente, las luces de Navidad, el enorme cartel de Sweppes. Y tenerte a ti.